Lo más seguro es que son super conocidos, pero como buena despista hace poco conocí su página. Loquitos. Grosos (?). Así nomás, bah me hicieron reír de lo leeeeendo y eso me copo já.
He aquí mis favoritos:
jueves
Dr. Risa!
posteado por fabi 5 click
En el baúl de esto y aquello, sobre gustos... hay post
domingo
Mejor que eso
Era una niña, no recuerdo cuantos años tenía, sólo que era una niña y todo a mi alrededor me parecía gigante.
En casa las cosas no andaban muy bien económicamente, en realidad, la situación era pésima, pero no nos faltaba nada.
Recuerdo que por esos tiempos el juguete de 'moda' era un teléfono de todos colores, con diferentes tipos de sonidos y un montón de chucherías más. ¿Lo tenía? No. ¿Lo quería tener? Sí. ¿lo podía tener? No se cómo o por qué, a pesar de mi corta edad, sabía que no, así que no daba a conocer mi deseo a mis padres, salvo a una de mis hermanas.
Llegaba una de estas fechas, en las que todos los enanos se despertaban esperando algo, no importaba qué, pero algo. En mi caso, no esperaba nada.
Ese día el sol se escondía tras espesas nubes. Era media mañana, papá no estaba. Yo jugaba en el fondo de casa, esperando que llegue para almorzar. Mi mamá y mis hermanos me miraban todo el tiempo. Yo no había dicho nada por la falta del regalito porque sabía que podía herir a mi familia.
Llegado el mediodía, escuché a papá entrar. Todos seguían mirándome. Él se acercaba a mi, sonriendo, con su mirada triste y cansada. Corrí a abrazarlo, me levantó y me dijo que me trajo algo, pero que no me haga ilusiones porque no era lo que yo quería. Me quedé callada, sorprendida porque pensé que ese año no habría algo nuevo con qué jugar. Miré a mi hermana, la que sabía aquello que yo callé, sólo me sonrió.
Bajándome de sus brazos, de un bolsito sacó una caja y me la dio. Seguí en silencio, pero esta vez de la alegría. Mientras la abría me contó la historia. Como era sabido, no podía comprarme nada porque no tendía dinero. Pero, por esas cosas de la vida, un día antes su jefe se estaba desasiendo de un teléfono que no utilizaba, y le preguntó si lo quería. Así fue como lo obtuvo.
Hoy busqué toda la mañana un regalo para Toto (mi hermanito). La situación es diferente, él sabe que siempre va a poder elegir un algo para esos días o cuando fuere. Pero no olvido aquellos tiempos, en los que no se podía pedir, mucho menos elegir.
Por esto, es verdad lo que me dijo papá; el regalo no era lo que esperaba... ese siemens azul fue mucho mejor que aquello que deseé.